Mapuches y formas de lucha obsoletas...

Parto estas líneas, con una reflexión necesaria: toda persona, sin distinción de sus orígenes étnicos, religiosos, culturales ni de ningún otro tipo, tiene todo el derecho de reclamar para obtener lo que consideran sus derechos.

Sigamos esta reflexión, notando que el estado de Chile, en su legislación, reconoce desde 1993 -no de manera constitucional- la existencia de descendientes de las agrupaciones humanas precolombinas y valora su existencia y su cultura. Eso quizá no sea mucho, pero es más de lo que había antes.

Eso si, para ser reconocido como indígena, el Estado -y por una vez de manera no estúpida- exige primero tener la nacionalidad chilena (y por lo mismo, someterse a las leyes de la república).

Continuando: El Estado reconoce el derecho de los indígenas a mantener y desarrollar sus propias manifestaciones culturales, en todo lo que no se oponga a la moral, a las buenas costumbres y al orden público. (art. 7 de la ley, tal cual)

Hasta aquí, bien por el estado que los reconoce, pero les exige someterse a sus leyes. Nadie está por encima de la ley, nadie puede beneficiarse de la ley, sin someterse a ella (al menos, me parece que ese es el espíritu correcto).

A tener presente, está el tema de las tierras "indígenas", que para efectos de la ley son todas las que estén en poder de los indígenas, incluyendo (y he aquí uno de los grandes problemas de la ley) aquellas que han ocupado históricamente. (Artículo 12, tema 2) Y esas tierras son y serán indígenas "por la propia ley". (Artículo 13)

Si aceptamos que toda persona tiene derecho a reclamar por lo que cree sus justos derechos, entonces hay que aceptar que los mapuches reclamen por su derecho a las tierras ancestrales. Claro que también hay que aceptar el reclamo de las forestales por su derecho a adquirir y trabajar (explotar) las tierras en discordia.

Muchos mapuches reclaman que en esta pelea llevan las de perder, dado el poder de las forestales y el apoyo que les entrega el estado en defensa de la inversión económica de las empresas. Y acto seguido adoptan el lema de "todas las formas de lucha", incluyendo por supuesto, las tomas de terrenos, de vias y el incendio de espacios propios de las empresas. Por el otro lado, las empresas invocan al estado para que sea éste el que se moje el po.... aplicando todo el rigor de las leyes más rigurosas (incluyendo, por supuesto, la ley antiterrorista).


En mi muy humilde opinión (en otros protocolos de la red usaría la sigla IMHO) creo que así como va, la de los mapuches es una causa perdida.

Perdida porque ni siquiera entibia a la comunidad. Es triste, es trágico e incluso es bestial, pero la escena (mental) de un grupo de comuneros mapuches corriendo a campo traviesa con el cadaver del que
recibió el disparo; resulta más chocante que el disparo en si mismo. Y por mucho que los mapuches denuncien que dejar el cadaver era dar rienda suelta a que carabineros manipularan la evidencia; no va a faltar el que piense que tal vez no habría muerto si lo hubieran dejado allí...

Perdida, porque el Estado ya hizo una ley, puso un fondo de subsidio a disposición de los indígenas y considera que ha cumplido "de manera ejemplar". Si eso es o no suficiente para los mapuches, es irrelevante, lo que cuenta, es que para el estado (y sus autoridades de gobierno) es más que suficiente.

Perdida, porque la mayor parte de los chilenos ya no queremos saber nada de luchas armadas. Ya tuvimos suficiente, y si a alguien le falta, entonces que se conecte a un juego en línea, pero que
nos dejen tranquilos al resto.

Perdida, porque es demasiado fácil asociar "acciones de recuperación histórica" con "delincuencia". Y desde la distancia, peor aún.

Perdida, porque los que los apoyan, más que apoyarlos buscan legitimación mutua. Un triste discurso del estilo "si yo te apoyo a ti, entonces lo que yo hago debe ser cuando menos tan bueno como..." y aparecen los diputados y senadores cuestionados, aparecen grupos de presión, siendo terriblemente drástico en el juicio, pero lamentablemente realista: aparece todo lo que botó la ola.

Creo que es el momento en que los mapuches demuestren esa inteligencia siempre presente en sus mejores exponentes, que muestren que son capaces de hacer funcionar los engranajes, y colocar otro si es necesario, hasta lograr que las acciones y sus resultados les sean realmente favorables.

Necesitan a un Nick Naylor (el adorable defensor de las causas perdidas en "Gracias por fumar") que les ayude a establecer una estrategia comunicacional que llegue a donde realmente importa: el ciudadano medio, a ese que (si, desde Santiago, lo siento por la gente de las otras regiones, pero el problema, si se resuelve, será en Santiago) vive y vota a kilómetros de distancia y que sus únicos registros de cultura mapuche están terriblemente contaminados por historias de indígenas buenos pa'l trago (sorry, es feo que los comparen con los indios de los spaguetti western; pero ese es uno de los puntos a atacar en la estrategia comunicacional). Historias de mapuches haciendo el pan en las panaderías de los españoles (posiblemente llenas de lugares comunes, pero otro punto a plantearle a Nick). Historias de malones, mapuches flojos haciendo trabajar a sus mujeres y secuestros de novias y pagos de dotes (¿ocurrirían de esa forma o es un mero problema de historiadores racistas?)

Además necesitan tomar algunas decisiones reales: ¿los representan desde el "consejo de todas las tierras? ¿la coordinadora arauco-malleco es realmente representativa? ¿de quién? y hacerlo notar a todos los que estamos mirando desde lejos, a través de los ojos de los corresponsales de El Mercurio. Vamos si los mapuches nunca fueron un sólo pueblo (el mayor problema para aprender mapudungún estriba en que si bien todos comparten una base común, las diferencias desde la costa a la cordillera son impresionantes) y probablemente podrían ser uno de los ejemplos más apreciados por los anarkistas, no nos traten de vender el cuento de «Ein Volk, ein Reich, ein Führer» (no hay caso Aukán, ni por mucho apoyo que se reciba de Miguel Serrano tratando de hacerles creer que son el pueblo Ario perdido, ni que el "consejo de todas las tierras" es la autoridad divina de la "nación mapuche")...

Pero por sobre todo, necesitan hacer que funcione ese mecanismo maravilloso llamado mente y encontrar una nueva forma de lucha. Las que están usando están obsoletas y -para serles sincero- la única manera de "ganarle al Estado", es con la comprobación empírica de que es un estado genocida. En otras palabras, cuando se haya muerto el último mapuche... Y entonces la victoria no servirá de nada...

Ghandi no es santo de mi devoción. Desde mi propia perspectiva, cometió demasiados errores. Pero aún así, fue capaz de presentar la resistencia pacífica en una situación donde lo único que podía pasar, era que mataran a los indios (gentilicio, por si acaso para los más sensibles)

No creo que la resistencia pacífica, sea posible o exitosa en este momento histórico. Ir y sentarse en las entradas de las forestales, probablemente no va a aportar nada más que un poco de sentimiento positivo y muchas contusiones por atropellos menores. Pero podría quebrar la imagen de donde está la violencia en este problema. Pero, reitero, no es la solución.

Por otra parte, no hay que olvidar el verdadero sentido del refrán popular: "En el pedir no hay engaño" y que pasa por no engañarse uno mismo. No por pedir se va a obtener.
Pero es más fácil obtener, cuando la mayoría está de acuerdo con que lo que se pide, es justo y razonable. Y le toca al que pide, hacernos pensar así. O al menos, poner a trabajar otro engranaje.


Notas:

• LEY-19253 Establece normas sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas, y crea la CONADI
• Película "Gracias por fumar" Comedia satírica sobre los cabilderos y el arte de debatir