19 de marzo de 2009

El otro lado de la donación de organos.


Es muy posible que historias conmovedoras como las de Felipe Cruzat nos hagan a veces perder objetividad frente a un tema tan delicado como la donación de órganos.

Desde quien necesita un trasplante o desde su familia, suena sencillo pensar que otra familia DEBE ceder el órgano de un familiar muerto, en pro de que pueda continuar viviendo.

Pero creo que en esta sencilla descripción nos olvidamos de que por otra parte debe existir una familia, un grupo de personas que están viviendo uno de los peores momentos por los que puede pasar un ser humano –La pérdida de un ser querido-.

Una perdida que además debió ocurrir en circunstancias violentas e inesperadas (no producto de una larga enfermedad, que deteriore el cuerpo).

Para quien haya vivido un dolor así, le será posible en parte dimensionar lo que una persona puede sentir cuando le informan de tamaña noticia, cuando fue hace algunas horas que se despidió de un ser querido y ahora yace en algún centro médico. Cuando tiene que enfrentarse a una realidad para la que nunca se está preparado, y es en medio de ese dolor en que se debe enfrentar a un cuerpo conectado a un sinfín de mecanismos de apoyo, y donde un especialista intentará destruir toda esperanza, planteando el tema de la donación de órganos.

Suena muy sencillo decir, que lo correcto es optar por la donación, pero para quien tiene al frente a un hijo, a un padre, a una pareja con quien ha creado lazos y de quien depende en parte la propia vida, lograr diferenciar el cadáver, la muerte cerebral y el esperanzador estado de coma, desde quien no es un especialista, resulta simplemente un magno ejercicio de racionalidad, justo en el momento en que son las emociones las que invaden.

Podemos entonces juzgar a quienes no tienen esa “solidaridad”, justo en el momento en que recién se comienza a asumir “lo injusta que es la vida, cuando nos quita a quien amamos”?

Resulta admirable que familias, ante un escenario tan complejo puedan reaccionar y aun en los peores momentos pensar en quienes sufren, pero mantienen aun la esperanza.

Sin duda, por muy parte de la vida que sea la muerte , no podemos olvidar que perder a un ser querido, es uno de los peores momentos por los que se puede atravesar, y no tener la capacidad de pensar en otros en un momento así, es simplemente un hecho merecedor de todo nuestro respeto y jamás de un juicio, desde la comodidad del espectador.

5 comentarios:

Vladimir Urrutia dijo...

WOWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW

es muy difícil tomar una decisión así, sobre todo cuando estás perdiendo o manteniendo un poco de esperanza, en la película TODO SOBRE MI MADRE, la protagonista hacía charlas para la donación de órganos y luego pierde un hijo en un accidente, es muy doloroso, yo soy donante, mi familia lo sabe pero estas dudas tuyas siempre las he tenido, cuando es necesario decir: SI DOCTOR, HAGALO woooowww es muy dificil.

gracias por pasar por mi blog y siempre serás bienvenida para comentar lo que quieras, no temas, mis letras no muerden ni asustan, solo que aveces se escriben solas jejejej

saludos

vladimir urrutia

San Francisco dijo...

Tienes tanta razon, respecto a este tema, somos muy criticos y en ocasiones hacemos, como sociedad, un circo de un momento tan brutalmente doloroso como es la muerte repentina de un ser querido y la atroz agonia de un ser cuya vida pende solo del descarnio ajeno. Ese instante de reflexion que debiera darse en un marco intimo se ha vuelto, por diversas razones en un juicio publico y tema de sobremesa en muchos hogares que ajenos (en apariencia y relatividad) al duelo o la tortura de sentirse atado a una maquina para vivir, somos capaces de lapidar a quien se niega sin siquiera hacer el ejercicio empatico.
No se como actuaria yo de encontrarme en el lugar del doliente, pero me he preocupado de que todos mis cercanos sepan,mi posicion como donante y que al verse enfrentados conmigo a un proceso de este tipo, no duden en entregar mis organos en favor de una vida con mas esperanzas que la mia, pero solo es mi posicion con respecto a el unico bien que me pertenece, mi propio cuerpo.

Anónimo dijo...

Creo que "satanizar" a las familias que deciden no donar órganos es horrible, a pesar de que no compartamos la decisión. Hay detrás no sólo dolor (como tú muy bien planteas) sino que también un arraigado conjunto de creencias y valores; incluso creencias religiosas (como en el caso de los ¿testigos de jehova? que se niegan a las transfusiones o transplantes.

Ahora bien, si la negación se basa en la esperanza que pueda generar el estado de coma, o el ver que a pesar de una muerte cerebral sigue conectado a máquinas, me parece, con todo respeto, un argumento algo débil. Ya que si no dona, igual lo dan por muerto y finalmente llevar a cabo todo el proceso muy doloroso de despedir a alguien tan querido.

Yo también creo que la modalidad usada por tantos años era bien deficiente, ya que en algunas ocasiones (como en casos emblemáticos como el de Felipe Cruzat)la familia, en medio de tamaño dolor, era presionada para donar órganos, casi una cacería de hígados y corazones (suena cruel, pero así era). Espero que con las donaciones por defecto esta situación cambie.

En fin, yo no entiendo que se quiera desperdiciar unos cuantos órganos siendo que podrían salvar vidas, pero se agradece la reflexión al respecto.

Saludos!


@Parraseando

Unknown dijo...

La verdad es que pienso casi lo mismo que el comentario del anonimo jajaja que pena de hecho que sea anónimo.
Entiendo lo del dolor, bueno, la verdad no tanto porque no se me ha muerto nadie amado gracias a Dios aún, y sí! Respeto mucho la vida y creo que si hay una esperanza, hay que tomarla.
Pero también creo que no podemos culpar el "dolor" de la gente para mostrar irracionalidad de decir "no pueden venirme con un tema como este porque estoy en plena agonía" porque de hecho si estuvieran en el lugar del que necesita el órgano, no dirían "no porfavor no me digan que puedo recuperar mi órgano porque estoy en plena agonía" entiendes? Aparte, tienes que pensar que tambien existen casos donde la persona quiso donar sus órganos en vida y las familias no respetan eso, la legislación aún deja que la familia decida y que se pasen por no se donde la voluntad del donador. Creo que la cacería de órganos como dijo el comment de arriba también puede llegar a ser muy vil, pero tenemos que tener consciencia, y aparte detenernos a pensar que pasaría si nosotros fuéramos los que necesitan a un donante.
Creo que el ser humano es el único ser vivo que mata a su propia especie, lo mínimo que podríamos hacer es ser conscientes de poder ayudar y hasta que punto es digno vivir limitado por máquinas...
Igual tienes razón, pero si tenemos la capacidad de razonar usémosla tambien para cuando tengamos momentos difíciles de nuestras vidas.

Yaya "Numeralia" dijo...

Sin duda perder, siempre equivale a duelo y el duelo a pesadumbre!